José Tomás a hombros en Bogotá

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Festejo sumamente entretenido y emocionante el que se ha celebrado en la plaza de toros de Bogotá donde el público 'ha salido toreando' después de ver a un entregado y convincente José Tomás, dos faenas para el recuerdo de José María Manzanares y el indulto de Sebastián Vargas a un toro de Las Ventas del Espíritu Santo.

La primera oreja del festejo la ha paseado el de Galapagar, que ha comenzado su actuación en La Santamaría con nota alta desde el saludo con el capote. Tanto a la verónica, de mano baja, como en un soberbio y arriesgado quite por gaoneras, pasándose al toro a milímetros del cuerpo y levantando los primeros olés rotundos.

Tras brindar a la gente que llena la plaza, ha comenzado su labor por estatuarios, llenos de valor y de mucha exposición, aunque el toro se le ha quedado corto. Ese ha sido el principal defecto del de Las Ventas, aunque no ha impedido que el de Galapagar le robase naturales muy profundos pero de uno en uno, sin ligar ya que la condición de su oponente no se lo permitía. A pesar de ello, ha conseguido torear por momentos a cámara lenta.

En los últimos compases, José Tomás se volvió a cambiar de mano la muleta para terminar con tres ceñidas manoletinas y un pase cambiado por la espalda.

La segunda oreja, que le abre la Puerta Grande, la consiguió del quinto, otro astado que salió suelto y que rehuía continuamente la pelea. El madrileño volvió a estar firme, seguro y solvente.

También ha gustado, y mucho, José María Manzanares en su primer toro en Bogotá, al que recibió con unas verónicas de muchísima transmisión, al igual que las chicuelinas al paso para llevarlo al caballo. El comienzo con la muleta fue todo temple y dulzura, acompañando con el cuerpo la embestida del animal.

Poco a poco lo fue sacando al centro del ruedo y justo ahí le instrumentó varios naturales de ensueño, encajado a los riñones y rompiéndose por momentos. El toro, noble, terminó por entregarse al poderío del alicantino, que siguió toreando a cámara lenta. Pero lo que podría haber sido un triunfo rotundo se quedó en una oreja por fallar con la espada.

Pero Manzanares estuvo aún mucho mejor con el sexto. Faena de ensueño, para recordar y tener grabada en vídeo. El toro de Las Ventas tuvo clase y muchísima transmisión, que fue aprovechada al completo por el torero de Alicante que dejó muletazos para el recuerdo, bajando la mano, llevándolo muy toreado, con profundidad... Y todo rematado con soberbios trincherazos y carteles de mano. Dos orejas de ley, ya que está vez mató de una gran estocada.

Por su parte, Vargas cortó una oreja del que abrió plaza, un toro que flojeó en el tercio de varas y al que hizo un espectacular quites por gaoneras, rematadas con una revolera. En banderillas, el colombiano estuvo espectacular, sobre todo en un arriesgado par en los adentros que puso al público en pie.

Muy mentalizado, se fue al centro de la Santamaría para comenzar su faena con un arriesgado pase cambiado, antes de instrumentar varias series de mucho temple por el pitón derecho, por donde se quedaba parado. Mejor condición tenía el de Las Ventas al natural, por donde tomaba mejor la muleta y por donde dosificó al animal. Tras las bernadinas finales, dejó una estocada caída que no fue impedimento para que cortase el primer trofeo.

Lo mejor de su actuación llegó con el cuarto, de nombre Gracioso, que derribó al caballo en el único encuentro que tuvo con el picador, y que fue una auténtica máquina de embestir. Vargas brindó su toro a José Tomás y posteriormente supo aprovechar la franca embestida por el pitón derecho, si bien al natural se sucedieron los enganchones.

Sin embargo, la faena fue a más en el centro del ruedo y la petición de indulto fue unánime por parte de toda la plaza. Vargas paseó las dos orejas simbólicas del animal.