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domingo, 24 de mayo de 2009

Fallece Celestino Román Martín, abuelo de José Tomás


Desde esta pagina, quiero expresarle mi más sentido pesame al Maestro.
José, piensa que desde algún sitio, lejano o próximo, él siempre guiará tus pasos y estará a tu lado como hizo hasta ahora.
Ánimo Maestro.


www.burladero.com


Esta madrugada ha fallecido Celestino Román, abuelo del diestro José Tomás, a los 90 años de edad. Sus restos mortales permanecen en el tanatorio de la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial, y mañana recibirán sepultura en el cementerio de Galapagar, donde se crió.

Nacido en Colmenarejo, Celestino Román Martín, el conocido como "abuelo Celestino", fue quien inculcó la afición por los toros a su nieto. Emparentado con el ganadero Victorino Martín, Celestino trabajaba como taxista en Galapagar y, además, como era habitual en su tiempo, prestaba sus servicios como chófer para toreros.

El abuelo Celestino inculcó su afición a José Tomás. Fue quien lo llevó por vez primera a los toros y quien le animó a ponerse delante de una becerra por vez primera. Tanto, que el propio José Tomás, después de su histórico triunfo el 17 de junio de 2008 en Madrid, quiso dedicarle el triunfo a él y a su hermano Antonio: "Sólo quiero decir que este triunfo se lo dedico a mi abuelo Celestino y a mi hermano Antonio, él sabe por qué", aseguró entonces a Burladero.com.

El propio Celestino reconocía días después, en televisión, lo que le dijo su nieto: "Llegó a casa al día siguiente y me dijo, abuelo, toma, que te traigo un regalo, a ti y a mi hermano Antonio, y me dio las cuatro orejas de Madrid", relataba, después de ver su sueño cumplido: "Cuando yo lo llevaba de pequeño, la ilusión mía era verlo salir por la puerta grande y..."


Celestino, el abuelo sordísimo con la mirada ingenua

Barquerito


www.hoy.es

El retrato robot del torero proclamado mito del siglo XXI hace referencia a un hombre sin doblez, bondadoso, candoroso y particularmente generoso con la gente que ha trabajado con él. La persona que más decisivamente inclinó su vocación hacia los toros, su abuelo materno, Celestino Martín, responde a ese mismo perfil. La pura llaneza. Cerca de los 90 años. Rico terrateniente de Galapagar, donde supo invertir sus ahorros a tiempo. Pariente ni lejano ni próximo de Victorino Martín y sus hermanos.

Y en estos terrenos se ha fraguado también un misterio nuevo. Se llamó a José Tomás 'el sobrino de Victorino' cuando comenzó la singladura. Tema tabú hace tiempo. Victorino no existe y punto. Ni cuando Victorino, hombre clave en la salida del torero, se ha despachado con él sin morderse la lengua. La callada por respuesta.

El abuelo, chófer de toreros en los años 40 y 50, (que así rezaba en su tarjeta de visita), intimó con uno de los epígonos del manoletismo de la época: Jaime Marco, El Choni. Por mediación de El Choni se ataron los hilos que llevaron a José Tomás a México a educarse y forjarse.

Han hecho fortuna en los últimos años las teorías que pretenden la existencia de un esoterismo en el personaje y en el torero. La influencia de un gurú. Y de no uno, se dice, sino de hasta dos o tres. El abuelo Celestino es la refutación en carne y hueso de tan pretendido misterio. El abuelo Celestino no es ni gurú ni santón. Es un abuelo del todo clásico. Madrileño de la sierra. Sordísimo, con la mirada ingenua de los sordos. Una mirada transparente. El orgullo de la sangre sin ningún tipo de arrogancia.