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domingo, 15 de junio de 2008

EL ABUELO CELESTINO, por barquerito

Celestino, el abuelo sordísimo con la mirada ingenua

El retrato robot del torero proclamado mito del siglo XXI hace referencia a un hombre sin doblez, bondadoso, candoroso y particularmente generoso con la gente que ha trabajado con él. La persona que más decisivamente inclinó su vocación hacia los toros, su abuelo materno, Celestino Martín, responde a ese mismo perfil. La pura llaneza. Cerca de los 90 años. Rico terrateniente de Galapagar, donde supo invertir sus ahorros a tiempo. Pariente ni lejano ni próximo de Victorino Martín y sus hermanos.

Y en estos terrenos se ha fraguado también un misterio nuevo. Se llamó a José Tomás 'el sobrino de Victorino' cuando comenzó la singladura. Tema tabú hace tiempo. Victorino no existe y punto. Ni cuando Victorino, hombre clave en la salida del torero, se ha despachado con él sin morderse la lengua. La callada por respuesta.

El abuelo, chófer de toreros en los años 40 y 50, (que así rezaba en su tarjeta de visita), intimó con uno de los epígonos del manoletismo de la época: Jaime Marco, El Choni. Por mediación de El Choni se ataron los hilos que llevaron a José Tomás a México a educarse y forjarse.

Han hecho fortuna en los últimos años las teorías que pretenden la existencia de un esoterismo en el personaje y en el torero. La influencia de un gurú. Y de no uno, se dice, sino de hasta dos o tres. El abuelo Celestino es la refutación en carne y hueso de tan pretendido misterio. El abuelo Celestino no es ni gurú ni santón. Es un abuelo del todo clásico. Madrileño de la sierra. Sordísimo, con la mirada ingenua de los sordos. Una mirada transparente. El orgullo de la sangre sin ningún tipo de arrogancia.
http://www.ideal.es/granada/20080615/gente/celestino-abuelo-sordisimo-mirada-20080615.html